El último día de vacaciones decidimos pasarlo en esta maravillosa villa. Nuestro avión salía a última hora de la tarde y el hostal donde nos alojamos lo dejamos un poco antes de las 12 del medio día. Nos gustó tanto la experiencia que vivimos días atrás que decidimos repetir.
Pasamos el día en la piscina, desnudos y tomando el sol. Nos acompañaban un par de parejas más. El ambiente estaba tranquilo; cada pareja iba a lo suyo aunque las miradas se cruzaban de vez en cuando.
Blur y yo, después de comer decidimos darnos un baño en el jacuzzi; simplemente con recordar lo que días antes había pasado en ese lugar nos excitamos muchísimo. Me senté sobre Blur y comencé a cabalgarlo suavemente, mientras él apretaba mis caderas contra él. No podíamos parar de besarnos. Me acariciaba por todo el cuerpo y se entretuvo en mis pezones; que sabe que es uno de mis puntos débiles por los que pierdo la cabeza. En ese momento solo quería correrme, y así lo hice. Fue un orgasmo intenso y sonado; ya que mis gemidos rompían la tranquilidad del lugar. Y no me importaba que hubiera más gente por allí, al revés, mas morbo nos daba la situación.
Seguimos follando intensamente; Blur se puso de rodillas, aumentando el ritmo de sus penetraciones mientras yo con las piernas bien abiertas jugaba con mi clítoris disfrutando de sus empujones. Hasta que llegó su orgasmo y volvimos a besarnos como si fuéramos a comernos.
Trás ese polvo en el jacuzzi; nos fuimos a la cama balinesa a descansar. Pero yo seguía ardiendo por dentro. Me había excitado tanto que quería más...y así se lo demostré a Blur. Acariciando su pene, besándolo, chupándolo...De pronto, me ordenó que me tumbara a su lado, empezó a pellizcarme los pezones y a masturbarme bajo la mirada furtiva del resto de parejas.
Al oído me susurró..."No tienes cojones de correrte aquí, tu solita..."
Como buena chica que soy, le obedecí y mientrás él me susurraba al oído y jugaba con mi pecho, yo me masturbé para él, para mí y para todo el que quisiera mirar.
De reojo ví como una chica le hacía una felación a su pareja; y frente a nosotros otra pareja estaba follando de una manera muy discreta en una tumbona.
El orgasmo que tuve fue increible, no podía parar de mover mis caderas buscando el rabo de Blur; así que me subí sobre él y me lo metí entero de una vez. Estaba muy mojada, y él la tenía tan dura que parecía que iba a estallar. De nuevo, perdí la cabeza, estaba muy puta en ese momento, eché un vistazo al resto de parejas y los discretos ya habían terminado pero la pareja que había empezado con la felación ya estaban en medio de un polvo. La chica estaba en la misma posición que yo, cabalgándose a su chico.
Así que entre tanto morbo y excitación tuve otro orgasmo salvaje. Inmediatamente me puse a cuatro patas para que Blur disfrutara de esas vistas que le gustan tanto. Me folló durante un rato hasta que estuvo a punto de correrse. Se tumbó boca arriba para que yo terminara de masturbarle. Así, pude disfrutar su orgasmo y ver como salía a borbotones. Un buen rato después de correrse su poya estuvo tan dura como al principio.
Nos hizo mucha gracia el que fuéramos los primeros en empezar y los últimos en acabar...Para cuando nos quisimos dar cuenta el resto de parejas ya había terminado sus quehaceres. Blur y yo estábamos envueltos en una burbuja de placer.
Más o menos ese es el resumen de ese último día en Ibiza. Hubo momentos tórridos en la píscina, pero este que he contado aquí es el que se ha quedado en mi retina con más fuerza.
Y de ahí, avión y vuelta a la realidad. Aunque estos días han alimentado aún más nuestra chispa y los hemos estado recordando muy a menudo entre susurros, polvos y gemidos...