Después de nuestras vacaciones en Ibiza,
decidimos pasar unos días en Vera. Donde pudimos disfrutar de su enorme
playa y del ambiente nocturno.
Fuimos
a un local llamado Templum. Había parejas con bastante más edad que la
nuestra, pero nos lo pasamos muy bien. Nos trataron estupendamente.
El
verano iba pasando, compartimos momentos con la familia y amigos;
alguna feria que otra y muchos muchos preparativos. Por ese motivo,
necesitabamos un kit kat; así que decidimos irnos al Hotel Swinger El
Castillo, en Monda (Málaga).
Allí
pasamos un fin de semana y lo pasamos de escándalo. El Castillo es
enorme, muy bien ambientado en la época medieval y con muchos rincones
donde perderse. Tiene una piscina nudista con vistas a la sierra donde
nos juntamos unas cuantas parejas con unas cervezas y muchas ganas de
reir. ¡¡Que bien lo pasamos aquella tarde!!
La
idea del castillo es estupenda aunque varias parejas coincidimos en que
podrían sacarle mucho más partido al lugar. Al ser tan grande y estar
rodeado de tanta naturaleza es necesario un mantenimiento continuo de las instalaciones; sino parece que empieza a estar abandonado.
Nos
reimos mucho al llegar al pueblo porque es pequeño, y suponemos que
allí todo el mundo se conoce. Bromeamos mucho cuando veíamos a los
lugareños observarnos al pasar por la plaza mayor; o cuando algun
camarero nos preguntaba con mirada pícara que qué hacíamos allí.
La
primera noche, Blur y yo acabamos en la mazmorra a las tantas de la
mañana, mientras escuchábamos los gemidos de la sala de al lado y yo
recibía un dulce castigo.
El
segundo día conocimos a una pareja muy especial, A y M. Empezamos
riéndonos en la piscina y terminamos riéndonos en la cama. Fue una
conexión especial y creo que nos gustó tanto porque parecía que nos
conocíamos de toda la vida. Fuimos hablando de todo y de nada, riéndonos
mucho y así pasaban las horas. Nos gustan las parejas con las que
podamos pasar una noche de juerga, de copas y risas y si luego como
colofón terminamos en la cama, mucho mejor.
Bailamos,
tocamos el piano, nos dimos un chapuzón nocturno en la piscina,
arreglamos el mundo y finalmente terminamos en la cama.
Comenzamos
sin prisas, cada uno con su pareja. Las caricias empezaron a mezclarse.
Mis manos jugaban con los pezones de M; me moría de ganas por besarla y
nuestras bocas se fundieron en un suave beso acompasado por las
embestidas que nos estaban dando nuestros chicos.
Cambiamos
de posición y me puse de rodillas para que tumbado, Blur, disfrutara de
la felación que estaba a punto de hacerle mientras M y A se deshacían
en gemidos. No podía dejar de mirar como Blur le estrujaba las tetas a M
mientras yo sentía unos dedos dentro de mi...
Hubo
una sucesión de orgasmos y escalofríos y finalmente nos relajamos. Pero
solo por un instante, porque A y M se miraron complices y nos dijeron
que iban a enseñarnos a hacer squirting. El modelo anatómico era yo. Al
principio estaba un poco nerviosa pensando que no me iba a salir...pero
ellos me relajaron diciéndome que yo no tenía que hacer nada,
simplemente tenía que dejarme llevar. A llevaba la batuta e introdujo
sus dedos dentro de mí para ir aumentando el ritmo progresivamente;
mientras M y Blur me acariciaban y aumentaban mi excitación con besos,
pellizcos y caricias....
Primero
A y luego Blur me hicieron tocar el cielo una y otra vez. Estaba tan
excitada que no pude contenerme y mientras ellos me masturbaban yo les
hacía lo mismo a los dos a la vez. Acabamos exhaustos.
Después últimas bromas, un poco de charla y a la cama.
Tenemos
un gran recuerdo de ese fin de semana; y de esta pareja. Hemos seguido
en contacto, y aunque las circunstancias han cambiado esperamos que sea
para mejor.
¡Esta entrada va por Mondo y por la magia de aquella noche!